Five Points, el barrio marginal ubicado en el bajo Manhattan de New York y el origen de sus bandas
Five Points es muy importante en la historia personal de Josh Jenkins (💙), protagonista masculino de Mi sueño, tú, segunda novela de la Serie Sueños. ¿Hacemos un pequeño recorrido histórico por este conocido barrio que existió en Manhattan durante el siglo XIX?
Este cuadro de George Catlin, probablemente de 1827, define a la perfección lo que era Five Points en su nacimiento. Es uno de los documentos más valiosos para el análisis del origen del barrio. Todos los elementos negativos que lo definían están aquí contenidos: peleas por todos los rincones de la escena, personas borrachas, cerdos en medio de la calle, blancos y negros mezclados, prostitutas buscando clientes (incluso desde las ventanas).
Five Points comenzó a fraguarse en 1820 y en la década siguiente ya estaba consolidado. Era el barrio en el que se instalaban la mayoría de inmigrantes que por cientos llegaban a Nueva York cada día y se amontonaban en casas miserables. En las calles de este barrio abundaba la prostitución, las peleas de borrachos y los robos, además de la suciedad. También los gánsteres. El testimonio de un bombero voluntario de la época decía que “ninguna persona decente entra en Five Points. Todos evitan pasar por ahí, todos dan un rodeo de varias manzanas para no atravesarlo”.
El escritor estadounidense Tyler Anbinder, en su increíble libro Five Points: The 19th-century New York City neighborhood that invented tap dance, stole election and became the world’s most notorious slum, definió el barrio como: “el más famoso de América”. Y es que, a pesar de su marginalidad, o tal vez por ella, Five Points llegó a hacerse muy conocido. Contribuyeron las visitas que recibió de afamados periodistas y notables escritores con ganas de acción. Por Five Points pasaron el aventurero y después político Davy Crockett, el escritor Nathaniel P. Willis o la escritora Lydia Maria Child. También personajes como el Gran Duque de Rusia, cuya experiencia quedó reflejada en sus memorias. Otros ilustres aristócratas de la época pasearon sus sombreros por Five Points. Todos, claro, escoltados por la policía, que llegó a organizar "tours" por el barrio para las clases altas. Cuentan que hasta el mismísimo Abraham Lincoln caminó por sus callejuelas.
Pero si alguna visita disparó la fama de Five Points y la fijó hasta nuestros días fue la del escritor Charles Dickens, quien reflejó su incursión en el barrio en sus celebradas Notas de América: “Existen muchas callejuelas casi tan desprovistas de colores limpios y surtidas de colores sucios como las callejuelas de Londres; y hay un barrio, conocido como Five Points, que, en cuanto a inmundicia y miseria, se puede comparar con Seven Dials o con cualquier otro barrio del famoso St. Giles”. Dickens prosigue su narración, cada vez más asombrado.
Nos internamos en Five Points, pero, antes de nada, es necesario decir que llevamos como escolta a dos jefes de policía. Este es el lugar: estrechos caminos, que se desvían a derecha e izquierda y cuyos rincones apestan a porquería e inmundicia. ¿Qué sitio es este, al que nos conduce la sórdida calle? Una especie de plaza rodeada de casas leprosas, a algunas de las cuales solo se accede a través de peligrosas escaleras de madera situadas en el exterior. ¿Qué hay tras este inseguro tramo de peldaños que cruje bajo nuestros pies? Una habitación deprimente, iluminada solo por la tenue luz de una vela, que carece de toda comodidad. Donde los perros aullarían negándose a tumbarse, mujeres, hombres y niños se van a dormir en silencio, obligando a las ratas desplazadas a salir en busca de mejor guarida. En este barrio hay además callejas y callejones pavimentados con fango que llega hasta las rodillas; salas subterráneas, en las que bailan y juegan, casas en ruinas, abiertas a la calle, desde donde, a través de enormes brechas en las paredes, se alzan ante nuestros ojos más ruinas, como si el mundo del vicio y la miseria no tuviera nada más que ofrecer; espantosas viviendas que toman su nombre de robos y asesinatos. Todo lo repugnante, degenerado y corrupto está aquí.
La prensa de la época también se refería constantemente a Five Points, casi siempre para denunciar la insostenible situación de esta parte de la ciudad. Publicaciones como Harper’s Weekly o Frank Leslie’s Illustrated Newspaper hacían frecuentes referencias al sufrimiento y realidad del barrio. El New York Tribune describió Five Points como “la gran úlcera central de la miseria estadounidense”.
Los testimonios de médicos, misioneros, escritores y voluntarios se multiplicaron durante los años de existencia de esta incomprensible barriada. También, cómo no, se cayó en la exageración, lo que tiñó la historia de leyenda. Pese a todo y con todo Five Points era una realidad, una realidad de pobreza y miseria, de violencia y crimen, en pleno centro de Nueva York, donde hoy solo queda un escueto cartel explicando su historia.
Una favela en pleno de Manhattan
Para situar Five Points debemos buscar el actual Columbus Park, un jardín cercano al City Hall que forma parte del barrio de Chinatown. Aquí, en este parque, se cruzaban en el siglo XIX las calles Anthony (la actual calle Worth), Orange (la actual Baxter) y Cross (después Park y hoy inexistente). Su intersección formaba cinco ángulos, cinco puntos, que eran el corazón del barrio y le daban nombre. Antes de 1750 Anthony, Orange y Cross eran tres calles bucólicas, silenciosas, pegadas a un lago llamado Collect. Un poco más al norte había granjas y verde. A mediados del siglo XVIII comenzaron a instalarse alrededor del lago fábricas que lo utilizaron para verter sus residuos. Como casi todos los órdenes de la vida neoyorquina de la época, las condiciones de las fábricas no estaban reguladas ni controladas, por lo que a finales de siglo la zona ya era otra: la contaminación se hizo con las calles y lo que un día había sido un lago pasó a ser, sin posibilidad de solución, una laguna putrefacta. El arquitecto Pierre L’Enfant propuso un proyecto para limpiar el lago y rehabilitar la zona, pero el Ayuntamiento lo ignoró. La solución por la que optó la ciudad fue algo más drástica.; en 1813 se cubrió completamente el lago. Esa acción, literalmente, sentó la base para el nacimiento del barrio más infame de Estados Unidos.
Tapado el Collect, la mayoría de las fábricas optaron por trasladarse. Casi todas lo hicieron al actual SoHo, donde podían verter sus residuos al río Hudson. Sin embargo, los dueños de aquellas fábricas siguieron siendo los dueños del suelo liberado y pronto construyeron endebles edificios de viviendas para acoger a los primeros inmigrantes que comenzaron a llegar a la zona sur de Manhattan. El paisaje se transformó en consecuencia, y de las apacibles calles se pasó a pobladas áreas con edificios cada vez más llenos. El máximo exponente de este cambio fue la zona del recién sellado lago, donde los dueños de las casas comenzaron a subdividirlas para acoger al mayor número de inquilinos posible.
Todo el que no tenía nada debía dirigirse a la zona del antiguo Collect. Enseguida, multitud de habitaciones sin ventanas se convirtieron en el hogar de familias enteras. La situación comenzó a tomar sórdida forma: lo que hasta hace poco era un idílico lago se transformó en un montón de edificios, de habitaciones y hasta de casas de madera ilegales, que proliferaban sin criterio urbanístico propiciando callejuelas y rincones olvidados. Por si fuera poco el subsuelo comenzó a dar problemas. El sellado no resultó todo lo bueno que debería y ciertos días regalaba al barrio un nauseabundo olor. Pronto llegarían también inundaciones y focos de enfermedades.
Fue en 1826 cuando, por primera vez, la prensa se hizo eco de lo que estaba sucediendo en aquella zona de la ciudad. Un editorial del New York Evening Post denunció ese año las nefastas condiciones de vida de esas calles. En 1829 se pudo leer, por primera vez en la historia, el nombre de Five Points. De nuevo fue el Evening Post, que instaba al Ayuntamiento a poner fin a la violencia de la que, decían, era la peor zona de la ciudad. En 1836 The Sun describía las viviendas de la zona de Five Points: “Son oscuras, malolientes y viejas aunque recién construidas. No tienen mesas, ni sillas, ni ningún mueble. Solo algún utensilio de cocina”.
También describía borracheras, peleas y lujurias que se repetían todas las noches. Pronto se definió la barriada. En 1830 Five Points ya era un espacio claro, delimitado, diferenciado de los demás barrios por sus condiciones extremas con fronteras que el resto de neoyorquinos sabían poco recomendable cruzar: al norte, Canal street; al sur, el Ayuntamiento; al oeste, Centre street; y al este, el Bowery. En el interior de estos límites el paisaje de la zona era otro: casas viejas, pobreza, suciedad y barro.
La existencia de Five Points cambió la vida de la ciudad entera. Por primera vez la pobreza extrema no estaba en la periferia, sino en el centro.
La evolución de la vida de Five Points comprende dos etapas. La primera desde su nacimiento hasta la guerra civil —que duró desde 1861 hasta 1865— y la segunda tras el conflicto y hasta el comienzo del siglo XX, cuando se desmanteló el barrio. En la primera etapa, irlandeses, alemanes, nativos y afroamericanos dominaban el gueto. En la segunda, italianos, judíos y chinos tomaron el relevo.
La llegada de inmigrantes se tornó en oleada a partir de 1830. Miles de ellos alcanzaban Nueva York cada semana. Las cifras dan una idea de lo gigante que fue la llegada de extranjeros a la ciudad: en 1830, el 9% de la población neoyorquina había nacido en el extranjero; en 1845 —solo 15 años después— ya era el 36%, y en 1855 se llegó al 51%. Un crecimiento asombroso que disparó la población de Manhattan: de 166.000 habitantes en 1825, la ciudad pasó a tener 630.000 en 1855. La mayoría de los que llegaban lo hacían sin nada, y por tanto, acudían a las zonas más deprimidas de la ciudad. De entre todas ellas, un nombre propio: Five Points. La población del barrio se dobló entre 1830 y 1855, pasando de 13.500 vecinos (según el censo de la época) a 25.500. Ese año la población inmigrante en el barrio suponía el 89%. Five Points era un agujero que absorbía a las oleadas de inmigrantes más desesperados.
"Todas las naciones de la tierra están representadas aquí", aseguraba en 1855 el Five Points Monthly, un diario metodista. En 1855 el 66% de la población del barrio eran irlandesa; el 11% eran nativos; el 14%, alemanes (más de la mitad judíos); el 3%, italianos; el 2%, ingleses; el 2%, polacos; el 1%, escoceses y el 1%, del resto. También había afroamericanos, pero el censo de aquel año no los contempló.
Casi la mitad de los irlandeses que vivían en Five Points llegaron de tres condados: Sligo, Cork y Kerry. La mayoría llegó huyendo de la hambruna de la patata, que estalló en 1844. Five Points también acogió en su nacimiento a alemanes, que se convirtieron en la segunda población del barrio. Más de la mitad (52%) eran judíos. Similar número eran los afroamericanos, la mayoría esclavos liberados del sur, que llegaban a Five Points sin nada. No aparecían en el censo porque, según determinados autores, los agentes censales, probablemente, no se atrevían a adentrarse en las calles donde vivían. De todas formas, después de 1855, apenas quedaban afroamericanos en Five Points, la mayoría se marchó al norte, a una zona conocida como Harlem, hartos del racismo violento de nativos e irlandeses.
Como ocurría en el resto de Mahattan, cada pueblo tenía sus calles dentro del barrio. Los irlandeses llenaban las dos arterias principales del barrio: Baxter street y Mulberry street, ambas calles existen todavía aunque Baxter fue acortada tras la desaparición del barrio. Los afroamericanos estaban en Cow Bay, en unos edificios paupérrimos del final de la Mission Place, hoy inexistente. Los judíos se concentraban en Mott street (a donde después llegarían los italianos) y parte de Centre street. Y los alemanes cristianos estaban en Elizabeth street. Todas estas calles existen todavía, y parten de la actual Chinatown para desembocar en Little Italy o el Lower East Side.
Jacob Riis, un inmigrante danés, que viajó a los Estados Unidos en 1870 a los 21 años de edad en busca del "sueño americano", fue uno más de los emigrantes pobres que arribaban con la esperanza de prosperar. Como inmigrante sin techo, conoció de primera mano las insalubres condiciones de los asilos policiales, que más tarde denunciaría en sus obras.
Riis desempeñó varios oficios precarios antes de lograr el puesto de reportero policial del periódico New York Evening Sun. En 1874 se unió al Brooklyn News, que llegó a dirigir. En 1877 trabajó como reportero policial del New York Tribune, así como de corresponsal de varios diarios daneses. Durante todo ese tiempo como reportero policial, Riis recorrió los bajos fondos de Nueva York para documentarse y denunciar el modo en que vivía la población.
Fue el primer periodista "estadounidense" en emplear el flash de magnesio, lo que le permitió captar tomas fotográficas de la vida nocturna de los suburbios, que publicó junto a sus artículos de prensa y libros, y de las que hizo diapositivas de linterna mágica con las que ilustraba sus conferencias, que gozaban de un público multitudinario. En 1890 publicó su primer libro Cómo vive la otra mitad, que se convirtió en un éxito de ventas. Por vez primera en la historia del documentalismo social, gracias al incipiente proceso tecnológico de los semitonos (halftones), se incluían imágenes con apariencia fotográfica que ilustraban el texto, además de los estandarizados grabados de rigor. El libro impresionó a Theodore Roosevelt, y promovió importantes reformas sociales. Hoy Cómo vive la otra mitad sigue siendo una obra de referencia ineludible en la historia social norteamericana.
Las bandas de Five Points
Casas insalubres, suciedad, enfermedades y ruido. El caldo de cultivo para que la violencia brotara en Five Points era inmejorable, ya que a la pobreza y necesidad se le unía la ausencia de organización policial que padecía la ciudad. La falta de control hacía que los robos se sucedieran en las calles del barrio. Este era, más allá de bandas e historias de criminales, el principal problema de Five Points. Apenas era posible entrar en el barrio sin ser víctima de un asalto. La prostitución callejera —y los crímenes contra las prostitutas— era la otra gran sombra de la zona. También se sucedían las peleas —especialmente de noche y entre borrachos—, las violaciones y los timos. Ese era el día a día, la realidad más dura y cotidiana, para los vecinos del barrio.
La respuesta de los five pointers fue rápida: autogestión. Se asociaron en grupos para protegerse. Nacían las bandas. Fue en Five Points donde aparecieron las primeras pandillas o gangs de la historia de los Estados Unidos.
Durante el siglo XIX la ciudad de Nueva York vivió una época de gran crecimiento económico debido a las mejoras de las líneas de ferrocarril del interior del país, que usaron el puerto de Nueva York como punto clave para el comercio. A mediados de siglo, con la llegada de millones de inmigrantes que atravesaron el Atlántico en busca de una vida mejor, por miles se establecieron en Nueva York. En 1850, un cuarto de la población total de la ciudad eran irlandeses, aumentando también de forma exponencial los problemas sociales. De repente, Nueva York se vio sacudida por una enorme violencia en las calles, con un alto índice de criminalidad en algunos barrios de Manhattan; Five Points, Hell's Kitchen, Fourth Ward y The Bowery.
Los ladrones, estafadores y delincuentes se hicieron los dueños de las calles, organizándose en bandas y pandillas callejeras que se hacían con el control de barrios enteros. Estos grupos organizados cometían todo tipo de delitos, desde robos y pequeñas estafas en callejones a la prostitución o los asesinatos. Bandas callejeras reales, cuyos nombres se hicieron temidos por los habitantes de la ciudad.
Las pioneras fueron las guardias nativa americana y O’Conell, cuyos miembros eran de origen irlandés. Nacieron como asociaciones que se reunían para festejar eventos y actos sociales, pero con la degradación del barrio, mutaron en milicias callejeras que protegían los intereses de cada comunidad ante la ausencia de oficialidad neoyorquina. Nativos y O’Conell peleaban en los años 30 del siglo XIX en las calles de Five Points, sin embargo con el tiempo, nuevas bandas fueron apareciendo. Las más famosas estaban compuestas por irlandeses. Los 40 Ladrones fue tal vez la primera y una de las más populares. Nacieron en 1820 en el Lower East Side y pronto trasladaron sus actividades delictivas a Five Points, donde aterrorizaban a los vecinos. Su centro de operaciones era una tienda de alimentación de Centre street propiedad de Rosanna Peers, una famosa criminal irlandesa de Five Points que, dicen, coleccionaba las orejas de sus víctimas. Otra popular banda era la Grady Gang, un grupo de atracadores y ladrones que llegó a hacerse con un botín de dos millones dólares de la época tras el atraco a un banco de Broadway. Los irlandeses llegados del condado de Kerry formaron los Kerryonians, que finalmente fueron absorbidos por otros grupos más grandes, y del norte de la isla verde eran Los Feos de la Chistera, que hablaban un dialecto propio que el resto de irlandeses no comprendía. En el puerto desvalijaban los barcos los chicos de la Patsy Conroy Gang y desde el West Side llegaban visitas no deseadas de los Potashes.
Más potentes y organizadas que las anteriores eran la Roach Guard y los Chichester. Eran más milicias que pandillas y hasta iban uniformados; la Roach Guard vestía pantalón negro con una franja amarilla. Eran criminales, pero también se echaban a las calles contra los políticos o para pelear contra los nativos.
El primer escalafón de estas bandas lo ocupaban dos gangs que han pasado a la historia: los Bowery Boys (nativos americanos) y los Dead Rabbits (Conejos Muertos, irlandeses). Eran, sin lugar a dudas, las bandas más fuertes y organizadas de todo Five Points. Ambos fueron una evolución de las originarias guardias nativa y O’Conell y, como ellos, peleaban constantemente por el control de las calles. Su poder era tanto que acabaron convirtiéndose en el brazo armado de los políticos locales. El nivel de violencia y corrupción política que vivió Nueva York durante el siglo XIX puede explicar que la ciudad se empeñe en ocultar su conflictivo pasado.
Bowery Boys y Dead Rabbits protagonizaron algunos de los enfrentamientos más violentos que recuerda la ciudad. Ambos estaban perfectamente organizados y también llevaban uniformes los días de reyerta. Los nativos protestantes iban de azul mientras que los católicos irlandeses llevaban franjas rojas. Uno de estos enfrentamientos, en 1855, acabó con la vida de Bill "El Carnicero", que recibió un disparo de Lew Baker, uno de los cabecillas de los Conejos Muertos. Su funeral fue multitudinario. Los Dead Rabbits también se enfrentaban contra otras pandillas irlandesas, especialmente contra la Roach Guard, pero en 1857 los gangs irlandeses se unieron contra los Bowery Boys en una de las peleas más memorables de Five Points, el culmen de la rivalidad entre ambas facciones.
Bandas más conocidas:
The Forty Thieves Los cuarenta ladrones, probablemente la primera banda callejera organizada de New York, estaba compuesta por inmigrantes irlandeses cuyo radio de acción era Five Points en Manhattan. Fundada por Edward Coleman a principios de 1820 corno una forma de rebelarse por su baja condición social, en poco tiempo sus miembros se convirtieron al crimen organizado para aliviar su frustración. La banda surgió debido a los prejuicios y distinción de clases, unas diferencias sociales que eran muy evidentes en al área de Five Points.
Esta pandilla callejera se reunía en una tienda de comestibles propiedad de Rosanna Peers en Centre street. A los miembros de la banda se les asignaban tareas y se emitían cuotas de participación para las actividades ilegales. El sistema de cuotas supuso una gran motivación para los miembros más veteranos que competían contra los miembros más jóvenes que buscaban su lugar en la banda. Aunque esta primera banda callejera de Nueva York tuvo una larga existencia, fue incapaz de mantener la disciplina interna y en 1850 la banda se disolvió, uniéndose sus miembros a otras bandas o actuando por su cuenta. Su fundador, Edward Coleman, acabó en la horca por matar a su esposa de una paliza.
Tiempo después se creó The Little Forty Thieves, una nueva banda formada por los miembros más jóvenes de la pandilla original, cometiendo actividades ilegales durante toda la década de 1850 antes de unirse finalmente a otras bandas posteriores, surgidas principalmente al finalizar la Guerra de Secesión de Estados Unidos.
The Bowery Boys
Los muchachos del Bowery era una banda callejera anticatólica y anti-irlandesa con sede en el Bowery de Manhattan. A pesar de su reputación de matones, fue una de las pandillas más importantes del Nueva York del siglo XIX, sus miembros habitualmente vestían con ropa "elegante" y tenían empleos legítimos como comerciantes, bomberos voluntarios o mecánicos, siendo respetuosos con la ley la mayor parte del tiempo. Uno de sus grandes líderes fue William Poole, conocido como Bill "The Butcher" (El carnicero). Junto con otras bandas de la zona del Bowery, luchaban con las bandas rivales en sangrientas batallas en Five Points, especialmente contra la banda de Los conejos muertos (The Dead Rabbits), con los que mantuvieron una gran rivalidad durante décadas. El uniforme de The Bowery Boys consistía normalmente en un sombrero, una camisa roja y pantalones oscuros con botas, en homenaje al uniforme de los bomberos, profesión de muchos de sus miembros.
Mike Walsh es considerado el gran líder de los Bowery Boys. Actuó como una figura política en muchos casos e incluso llegó a ser un funcionario electo. Alcanzó su cima de popularidad en 1843, cuando se creó el club político denominado "Asociation Spartan", compuesto por trabajadores de fábricas y trabajadores no cualificados. Walsh consideraba que los líderes políticos estaban tratando injustamente a los pobres y quería cambios convirtiéndose él mismo en un líder.
Walsh fue condenado en dos ocasiones, pero la banda llegó a ser tan poderosa que fueron capaces de sacarlo de la cárcel. Debido a la amenaza de violencia en las calles, se dejó en libertad a Walsh a la mitad de su condena. Murió en 1859.
Curiosarnente una de las aficiones destacadas de los muchachos del Bowery era el Teatro. El Bowery Theater fue construido en 1826 y los miembros de la banda lo frecuentaban regularmente. Por aquella época era considerado un club de hombres y era habitual fumar, beber y reunirse con prostitutas en el Teatro del Bowery.
The Dead Rabbits
Los Conejos Muertos era el nombre por el que era conocida una temida banda callejera formada por americanos-irlandeses en Nueva York a mediados del siglo XIX. Su nombre en realidad era Roach Guards, sin embargo se les conocía como "Los Conejos Muertos" porque supuestamente llevaban un conejo muerto en una pica o lanzaban el cadáver de un conejo en medio de una pelea justo antes de comenzar la batalla.
Jugaron un papel decisivo en la protección de sus comunidades étnicas y a menudo se enfrentaban a otras bandas y grupos políticos que buscaban eliminar las comunidades de irlandeses inmigrantes. Su mayor pandilla rival sin duda fueron The Bowery Boys, con quienes tuvieron más de 200 peleas, algunas de ellas multitudinarias, superando en número a la policía o incluso a las milicias locales que intentaban mantener el orden.
Además de la lucha callejera, Los Conejos Muertos apoyaban en ocasiones a políticos locales que buscaban el bienestar de las minorías sociales. Bajo el liderazgo de Isaiah Rynders, la banda llegaba a persuadir violentamente a los votantes durante las elecciones para que votaran a sus candidatos. Uno de sus miembros más violentos curiosamente era una mujer, conocida como "Hell-Cat" Maggie. Uno de sus líderes más destacados fue John Morrissey, quien llegó a convertirse en Senador y Congresista, luchando por los derechos de las comunidades irlandesas en América durante años.
Curiosidad: Durante el siglo XIX, en Liverpool hubo también una banda con el mismo nombre, "The Dead Rabbits".
The Whyos
Formada por los restos de varias pandillas callejeras tras la guerra civil de Estados Unidos, The Whyos fue la banda callejera predominante de Nueva York durante la segunda mitad del siglo XIX, controlando la mayor parte de Manhattan desde finales de 1860 hasta 1890, cuando fueron finalmente derrotados por la banda liderada por Monk Eastman.
Tras las campañas del Departamento de policía por acabar con las pandillas callejeras de Nueva York a finales de la década de 1860, se formó la nueva banda The Whyos, integrándose en ella muchos miembros de antiguas bandas ya desaparecidas y dominando la zona irlandesa de Fourth Ward. Sus miembros eran principalmente irlandeses, pero a diferencia de las bandas irlandesas anteriores, cualquiera podía ser su víctima, no solo los blancos anglosajones protestantes. Entre sus líderes destacaron Danny Lyons (detenido por el asesinato del gánster Joseph Quinn), su novia ("Pretty" Kitty McGowan) y Danny Driscoli (ahorcado en la prisión por la muerte de Beezy Garrity durante un tiroteo). Driscoll y Lyons establecieron que para ser un verdadero Whyo había que haber matado al menos una vez. La banda adquirió tal poder que el resto de las bandas rivales pedían su permiso para poder operar en las calles.
Miembros destacados de Whyos Gang durante su apogeo a fines de la década de 1870 y principios de la de 1880.
Fila superior de izquierda a derecha: Baboon Connolly, Josh Hines, Bull Hurley.
Fila central de izquierda a derecha: Clops Connelly, Dorsey Doyle, Googy Corcaran.
Fila inferior de izquierda a derecha: Mike Lloyd, Piker Ryan, Red Rocks Farrell.
Durante la década de 1870, llegaron a formar parte de la banda algunos de los gánsteres más notorios de la época, como Red Rocks Farrell, Slops Connolly, "Big" Josh Hines, Hoggy Walsh, Lancero Ryan, Dorsey Doyle, Bull Hurley, Fig McGerald, y Googy Corcoran. Fueron los primeros en utilizar métodos delictivos que luego serían adoptados por bandas rivales y por el crimen organizado a principios del siglo XX.
A finales de 1870 y principios de 1880, The Whyos fueron dirigidos por Mike McGloin, alcanzando la banda su punto álgido, comenzando a incluir entre sus actividades la prostitución, la extorsión y el asesinato. Cuando en 1884 un miembro de la banda fue detenido, se encontró en uno de sus bolsillos una lista con los precios por los que se podía contratar los servicios de la banda, tales como golpear a alguien por un dólar, romperle la nariz y la mandíbula por 7 dólares, disparar a alguien en la pierna por 20 o el asesinato a partir de 100 dólares.
Tras la muerte de McGloin, Lyons y Driscoll (los tres fueron ahorcados por asesinato), la banda no consiguió recuperarse y muchos de sus miembros fueron detenidos y acusados de asesinatos. Aunque The Whyos continuó con sus actividades ilegales unos años más, se tuvieron que enfrentar a la banda de Monk Eastman y a una pandilla que comenzaba a adquirir una gran fama en 1890, la banda de Five Points, quienes acabaron venciendo y haciéndose con el control de Manhattan.
The Five Points Gang
La banda de Five Points fue una legendaria organización criminal fundada en la década de 1890 por el mafioso italiano Paul Kelly, tres unir a los miembros restantes de los Dead Rabbits, The Whyos y otras bandas de Five Points. Formada principalmente por americanos de origen irlandés e italiano, su sede estaba en Sixth Ward, en la zona conocida como Five Points en Manhattan. Kelly, junto a su mano derecha John Torrio, reclutó a jóvenes que luego se convirtieron en criminales prominentes, tales como Johnny Torrio, Al Capone y Lucky Luciano.
Kelly y Torrlo ayudaron también a formar un sindicato del crimen organizado a nivel nacional. A medida que la banda de Five Points fue adquiriendo fama y poder, Kelly y sus hombres comenzaron a "invertir" parte de sus ganancias en la política, comprando el apoyo de políticos corruptos. A comienzos del siglo XX, sus únicos rivales eran los miembros de la banda de Monk Eastman. Las guerras entre ambas bandas fueron sangrientas y multitudinarias, se estima que el grupo de Five Points contaba con 1.500 matones.
En un tiroteo en uno de sus locales en propiedad, Paul Kelly resultó gravemente herido, aunque consiguió sobrevivir, a partir de entonces mantuvo un perfil más bajo. Poco a poco, la mafia se fue haciendo con el control de las actividades delictivas que hasta entonces controlaba la banda de Five Points, que comenzó un lento declive hasta desaparecer. Torrio, Capone y Luciano se acabaron convirtiendo en los líderes de los nuevos grupos mafiosos, extendiendo sus actividades a nivel nacional e internacional, aprovechándose especialmente de los beneficios del contrabando de alcohol durante la denominada Ley Seca de Estados Unidos.
The Eastman Gang
Dirigida por el mafioso judío Edward "Monk" Eastman, la banda de Eastman se convirtió en una de las organizaciones criminales más temidas de Nueva York en la década de 1890. Eran los reyes del Lower East Side de Manhattan, con más de 1.200 miembros que obtenían beneficio de todo tipo de actividades ilegales como burdeles, drogas, el juego, la venta de protección e incluso asesinatos a sueldo. Al igual que sus rivales, la banda de Five Points, los muchachos de Eastman también se asociaron con políticos corruptos, quienes en muchos casos hacían la vista gorda con las actividades ilícitas de la banda.
Su líder, Monk Eastman era un conocido matón al que le encantaba la violencia. Bajo su mando la banda se expandió y comenzó a amasar una gran fortuna. Con el tiempo, la banda de Eastman se involucró en rivalidades con otras bandas locales por el territorio y el control de las actividades delictivas, especialmente frente a la banda de Five Points, organizándose cada cierto tiempo auténticas batallas campales. Para detener la escalada de violencia, los políticos del Tammany Hall obligaron a ambos bandos a aceptar una tregua antes de que se perdiera el control de la situación.
Tras la detención y encarcelación de Monk Eastman en 1904, la banda se dividió en varios grupos más pequeños en la década de 1910. Un golpe mortal para la banda que acabó por desintegrarla pocos años después, ya que además de seguir en guerra con otros grupos rivales, se comenzaron a producir guerras internas por hacerse con el control. Tras ser liberado, Monk Eastman se alistó en las fuerzas armadas y luchó en la Primera Guerra Mundial en las trincheras, regresando a Estados Unidos como un héroe de guerra. Sin embargo de poco le sirvió, ya que fue asesinado brutalmente en 1920 en una acera de Nueva York.
The Five Points Gang y The Eastman Gang fueron las últimas grandes bandas callejeras de Nueva York durante el siglo XIX, llegando también a los primeros años del siglo XX. Un siglo en el que las pandillas dominaron las calles de la ciudad, y donde la violencia fue en aumento según iban apareciendo nuevas bandas, pasando de pequeñas bandas callejeras que realizaban delitos menores en las primeras décadas de 1800 a las auténticas mafias organizadas en que se convirtieron las bandas de finales del siglo XIX. Ambientado en el barrio de Five Points de 1850 y recogiendo parte de la historia de algunas de estas pandillas callejeras, en 1928 se publicó el libro The Gangs of New York por Herbert Asbury, que serviría de inspiración para la famosa película del mismo título de Martin Scorsese del año 2002, donde se recogen algunos hechos históricos.
El control de las actividades delictivas por parte de la mafia y las dos Guerras Mundiales, influyó decisivamente también en las bandas, que tendieron a desaparecer según avanzaba el siglo XX. La historia de Nueva York sin embargo, está unida irremediablemente a las bandas callejeras, produciéndose una nueva oleada de pandillas en la ciudad en las décadas de 1970 y 1980. Un tipo de bandas callejeras diferentes a las del siglo anterior que también fue recogida por el cine en varias ocasiones, la más conocida de ellas, la película The Warriors: Los amos de la noche, en la que muchas bandas de la película están basadas también en bandas reales de la ciudad de Nueva York.
Fuentes:
Five Points (Manhattan) en Wikipedia.
Former gangs in New York City en Wikipedia.
Los barrios bajos de Nueva York a finales del siglo XIX. Momentos del pasado.
Nueva York desde la frontal (II): Five Points, un barrio de chabolas en medio de Manhattan. Jot Down.
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